martes, 24 de noviembre de 2015

La personalidad del macrobiótico estricto



¿Estás probando la macrobiótica y no sabes si lo estás haciendo bien? ¿Sientes que te apetecen mucho alimentos que no están incluidos en la dieta? ¿Te ha empezado a resultar incómodo acudir a reuniones sociales porque no te gusta lo que sirven para comer?
En este post encontrarás respuestas a estas preguntas.
Una de las asignaturas que más me gustó de la carrera de Psicología fue Psicología de la Personalidad. En su día me dolió admitirlo porque parecía un hecho en contra de la libertad, pero todos encajamos en uno u otro patrón, como salidos de un molde de magdalenas.
Durante mis años de estudiante de macrobiótica y otros tantos como consultor, sumado a mi experiencia personal, he podido identificar un tipo de personalidad que tiene más probabilidades de usar la macrobiótica de forma errónea, sacando de ella más problemas que beneficios, sobre todo a largo plazo. Veamos cuales son los rasgos de este tipo de personalidad al cual he llamado el Macrobiótico Estricto (ME).
PERFECCIONISTA
El ME es perfeccionista. Para él es fácil ser disciplinado, seguir unos pasos, por nuevos o complicados que parezcan confía a ciegas en los resultados y aplica lo que aprende con tesón. Ante una receta o recomendación realiza multitud de preguntas, como si de los detalles dependiese su vida.
BÚSQUEDA DE LO ALTERNATIVO
El ME no está conforme con el modo de vida establecido, con las convenciones. Le gusta sentirse diferente, pensar que piensa y actúa diferente, y está convencido de que esas diferencias le hacen mejor que los demás. Puede estar asociado a corrientes de pensamiento alternativo (hippies) o movimientos de protesta social.
INDEPENDIENTE
Al ME le da igual lo que los demás puedan pensar sobre él. Se apoya en las opiniones de su pequeño grupo y en las creencias de que es mejor que los demás o de que sabe más y los demás no entienden. Es habitual que se prepare la comida en casa y la lleve al trabajo o a las reuniones sociales, sin importarle los comentarios. A veces los esfuerzos que supone el comer su propia comida conlleva más problemas que los propios beneficios que se derivan de su consumo; por ejemplo: tener que madrugar para prepararla, o la falta de tiempo para otras cosas porque ha de cocinar.
GUIADO POR LO CONCEPTUAL
El ME reduce la comunicación con su cuerpo y empieza a decidir qué comer desde su mente. En momentos puntuales el cuerpo se revela y puede tomar un alimento concreto. Recuerdo que en momentos puntuales durante mi época de macrobiótica estricta me apeteció intensamente queso fresco en invierno y melón o sandía en verano. No me pude resistir y ambas cosas me sentaron de maravilla. Ahora entiendo que eran reflejo de deficiencias que mi cuerpo reconocía pero mi mente no.
En este sentido Steve Gagné señala respecto a la macrobiótica:
Debido a la asociación entre la dieta y la recuperación de la salud y el miedo a la enfermedad  que a menudo acompaña su practica, sus seguidores están especialmente dispuestos a renunciar a su propio criterio y siguen las reglas dictadas por otros a los que perciben como conocedores de la verdad.
La causa de que la gente se vuelva desequilibrada con una dieta macrobiótica es la misma que con cualquier otra dieta de moda: la gente elije su comida desde un conjunto de criterios estrictamente dictados y limitados.
TENDENCIA A LO NATURAL
El ME profesa un alto aprecio por los alimentos naturales, creyendo que por el hecho de ser naturales serán buenos y suficientes para su organismo. Esta tendencia hacia los alimentos naturales puede llevarle a enmascarar una falta de nutrición, es decir, a una carencia en proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas, minerales, y otros nutrientes. El hecho de que coma natural no quiere decir que no pueda tener carencias. Puedes ver más en A pesar de la macrobiótica come proteínas o La macrobiótica también necesita cambios.
CUERPOS DELGADOS
El ME suele tener un cuerpo delgado por naturaleza. Ese tipo de cuerpo se relaciona con rasgos como el perfeccionismo y la autodisciplina. Debido a la falta de proteínas y grasas en la dieta macrobiótica estricta la delgadez de acentúa aún más, lo cual trae discusiones con familiares o amigos.
Montse Bradford cita como posibles causas de un exceso de delgadez a las dietas muy estrictas, saladas, con mucho cereal y poca variedad (como algunas versiones de macrobiótica estricta). También el adoptar una dieta únicamente de origen vegetal podría ser causa de un descenso brusco de peso; dice a este respecto: “El cuerpo no está habituado y es peligroso. Es mejor hacer una transición”.

¿CÓMO USAR ESTA DEFINICIÓN?

Elaboro esta definición para poder detectar con mayor facilidad los casos en los que la macrobiótica se utiliza de forma errónea. La macrobiótica constituye una herramienta para la promoción de la salud y la energía,  y como toda herramienta puede usarse mal o bien. Que tengamos uno o varios de estos rasgos no quiere decir que estemos utilizando la macrobiótica mal, del mismo modo que el no tenerlos no asegura que lo vayamos a hacer bien. Estos rasgos son simplemente señaladores que nos pueden ayudar a ver lo que en muchas ocasiones puede ser invisible para nosotros mismos: que la macrobiótica me está apartando de la vida (cuando se supone que tiene que ser lo opuesto).

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